Manifiesto contra la usura Quebrantamiento de la servidumbre al interés del dinero - Gottfried Feder

Costo para la República mexicana $220 envío incluido
Costo para EUA, Canadá, Centroamérica y caribe 22 dólares
Europa 22 euros
Sudamérica 26 dólares
Envíos incluidos
Envíos a todo el mundo.
Peso 350 gr.
Pags 119
Pasta blanda

Libro esencial para conocer la visión económica del Nacionalsocialista. Editado en 1918, en breve tiempo llegó  a ser la fuente espiritual del Nacionalsocialismo.  
Adolf Hitler mismo escribe en su libro, Mein Kampf (Mi Lucha), al referirse a la historia del origen del Movimiento: "Por primera vez en mi vida escuché una disertación fundamental sobre el capital bursátil y prestamista internacional. Después de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido. El mérito de Feder residía a mis ojos en que  había establecido con desconsiderada brutalidad el carácter tanto especulativo como económico del capital bursátil y prestamista, pero descubriendo su eterna premisa del interés.".    
La demanda del quebrantamiento de la servidumbre del interés se halla tan en el centro del programa partidario nacionalsocialista, que toda su concepción está ligada del modo más vivo e íntimo con este Movimiento total.

INTRODUCCIÓN

El Ingeniero Gottfried Feder (27/01/1883 – 24/09/1941) fue una de las personalidades fundamentales en la formación ideológica del Partido Nacionalsocialista.
Con ideas realmente revolucionarias ya desde 1917 Feder funda la “Liga de lucha contra la esclavitud del interés” (Deutscher Kampfbund gegen Zinsknechtschaft) proponiendo una reforma del sistema bancario y un crédito social que parta de éste libre de intereses, sólo para el beneficio del pueblo y alejado de todo fin lucrativo. Al siguiente año escribe su manifiesto contra la usura (1) que cautivara a Hitler en una charla que Feder diera sobre sus ideas mientras el primero trabajaba para el Ejército. En 1919 fundaba junto a Antón Drexler, Alfred Rosenberg y Dietrich Eckart, entre otros, el Partido Alemán de los Trabajadores (al que unos meses después se acoplaría Hitler), sobre la idea de lucha institucionalizada contra la usura. Es importante resaltar esta idea matriz pues hoy se suele asociar el nacionalsocialismo con la temática racial o el antisemitismo pero la idea fundamental del aquel entonces incipiente movimiento era la lucha contra la usura y el rechazo a un mundo regido por valores mercantiles, el imponer los valores del propio esfuerzo y trabajo, del honor, por sobre las finanzas. Ya desde su formación, el DAP (Partido alemán de los Trabajadores, luego NSDAP bajo la dirección de Hitler) declaraba oficialmente que su lucha era esencialmente “contra la usura” (2), lo mismo sostenía Feder y justamente esto fue lo que cautivó a Hitler y desde donde tomó las ideas directrices para su política. También se puede decir que, esencialmente, la instrumentalización de esta lucha es la descripta por Feder en su trabajo “El Estado Alemán”, que Hitler prologara nombrándolo como el “catecismo del nacionalsocialismo”. Finalmente, la lucha contra la usura pasa a ser una de las ideas fundamentales del Programa nacionalsocialista y una de sus ideas más distintivas en el mundo de la política.
Desde la fundación del partido Feder resalta como ideólogo. Teniendo luego una destacada actuación durante el periodo de lucha por el poder, cuando fue el encargado de desarrollar la doctrina económica nazi, el Programa oficial del partido y dirigir la Biblioteca de formación doctrinaria del NSDAP. Tras el encarcelamiento de Adolf Hitler se mantiene como uno de los principales líderes y tras su liberación obtiene un puesto en el Reichstag (Parlamento alemán), puesto que mantiene desde 1924 a 1936.
Ya en ejercicio sólo participó en los primeros años de gobierno como Secretario de Estado para el Ministerio de Asuntos Económicos (1933–1934) y Comisario Político del Reich para la Asamblea Legislativa entre 1934 y 1935, dedicándose luego a desarrollar sus ideas sobre un nuevo concepto de Ciudad, asociada a la ecología y la naturaleza para combatir la fría concepción de ciudades de cemento sin alma. Estas ciudades debían crearse alrededor de una nueva valoración de la agricultura que les pueda dar independencia y autarquía y en principio se crearían sobre una base de aproximadamente 20.000 personas divididas en unidades rodeadas por áreas dedicadas a la agricultura.
A fines de 1936 Feder prácticamente se retira de la vida política, por motivos que no están del todo claros, pasando a actuar como profesor en la Escuela Técnica de Berlín hasta su muerte en 1941. Su ideas fueron en cierta medida eclipsadas por la actuación de Schacht como Ministro de Economía hasta 1937, un tiempo durante el cual no se pudo implementar un cambio tan drástico de la economía y fueron necesarios muchos recursos técnicos para ir amoldado la economía en total crisis con la que Hitler se encontró hasta transformar el desarrollo en un verdadero milagro. Si bien las ideas de Feder toman otra vez fuerza con el total control de la economía y del Banco Central, nunca dejó de ser el padre espiritual de la gran tarea política del nacionalsocialismo: la lucha contra el mundo de las finanzas como determinante de la vida del pueblo.
De entre los escritos de Feder, el “El Manifiesto contra la Usura” que aquí presentamos sigue constituyendo un libro esencial para conocer la visión económica del Nazismo. Editado en 1918, en breve tiempo llegó a ser fuente espiritual del Nacionalsocialismo. Adolf Hitler mismo escribe en “Mi Lucha”: “Después de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido.”
Los hechos que llevaron al autor a desarrollar sus ideas, y que sirvieron de fermento a la revolución Nacionalsocialista, son tan actuales en el 2014 como cuando se editó la obra: a pesar de que una pequeña porción del planeta podría producir bienes suficientes para abastecer a la humanidad entera, la enorme mayoría de la población apenas puede satisfacer sus necesidades básicas, mientras una pequeña cantidad de parásitos absorben todas las ganancias sin crear nada a cambio. El 1% de la población posee la mitad de las riquezas del mundo (3) sin que nadie se pregunta cómo es posible tal aberración, es más común que despierte admiración o envidia que desprecio. Resalta aun más el contraste cuando se constata que juntando el 80% de la población mundial no se llega ni siquiera al 5% de la riqueza mundial, aunque es lógico deducir que así están las condiciones de quienes se ganan la vida por el trabajo, en contraposición a quienes lo hacen mediante las finanzas, sin producir nada realmente servible para las necesidades humanas. Estos niveles de crecimiento son propios de la curva de crecimiento exponencial de las finanzas contra el crecimiento lineal de la industria, que Feder expone gráficamente y cualquier persona con conocimiento de matemáticas podría prever. Esto deriva en cifras aberrantes de muertes por hambre causadas “legalmente” por el poder financiero mundial. El trabajo productor de bienes no puede hacerlos valer como tales ni abastecer al pueblo con ellos debido a que vive esclavizado a los designios del Dinero y sus “leyes económicas” intocables. Este verdadero holocausto sucediendo todos los días delante de nuestras narices no parece asombrar a nadie pues éstas son consecuencias de las “leyes de la economía”. Pareciera no inmutar a nadie el hecho de que el bienestar de un pueblo esté determinado por el desmedido lucro del mundo de las finanzas.
Sólo el nacionalsocialismo atacó de raíz este problema y eliminó la injerencia de las finanzas en la política, y por ello el poder mundial utiliza todo su dinero para inventar historias que lo denigren hasta tal punto que la gente no quiera ver cómo fue posible revertir esta situación.
Pues es aquí donde Feder y el Nacionalsocialismo (NS) intervienen para devolver la economía a sus cauces naturales: La búsqueda de ganancias desmedidas ya no podrá llevar a la ruina y esclavitud a una Nación sino que deberá amoldarse dócilmente, bajo la dirección del Estado y el Führer, al bien del Pueblo. Este bien comunitario es la vara bajo la que se mide la política y por lo tanto en ella la usura pasa a ser un crimen. Un orden de prioridades en apariencia tan básico, como los es el optar entre el bien del capital usurero (poder secreto del mundo) o el bien de la comunidad, escapaba sin embargo a su implementación debido a una ignorancia sabiamente instalada.
Feder captaba muy claramente las causas de la esclavitud pues además del mecanismo de la usura veía profundamente en los cambios espirituales que lo posibilitaba. Al veneno que corroe todos los pueblos del mundo impidiendo su Libertad, a la grave enfermedad que padece la humanidad y todo lo invade, la llamó mammonismo: Por mammonismo ha de entenderse, por una parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal reinante por sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, y, por otra parte, una disposición del espíritu que se ha adueñado de amplios círculos populares: el ansia de lucro insaciable, una concepción de la vida orientada exclusivamente a los valores materiales, que ya ha conducido y continuará conduciendo a una alarmante caída de todas las normas morales. El Mammonismo es, en su esencia mas profunda, la religión del tipo humano que esta orientado puramente a lo terrenal. Este veneno ha sido inventado demoníacamente, para enfermar a la humanidad, para enredarla en lo más hondo del materialismo, para robarle lo más preciado que tiene, el alma. Paralelamente con ello se ha desarrollado la terrible, inmisericorde, tiranía del poder del dinero, para quien los hombres no son sino esclavos del interés, solo existen para trabajar para la renta y para el interé).(4)
Este poder mundial que gobierna por sobre los pueblos tiene como principal fuente de energía la que proviene, sin esfuerzo y sin creación de bienes, del interés. Es a partir del gran engaño del interés como el poder mundial se ha convertido en omnipotente, pues ya no existe pueblo alguno que no viva esclavo del pago de intereses, disminuyendo así todas sus posibilidades económicas.
Es sumamente importante entender que el sistema de pagos de deudas eternas y la libertad del dinero para autoalimentarse mediante la usura son los medios básicos de control político en todo el mundo. En materia política y social, desde lo micro hasta lo macro, absolutamente todo está ligado de forma directa o indirecta a ello. Este sistema de deuda perpetua no es un accidente ni se encuentra concatenado a la actividad económica, sino que se trata, por sobre todo, de un medio sumamente efectivo de control mundial. Repitámoslo para remarcar su importancia: La deuda y la usura no es algo natural a la economía, es un medio de esclavitud sabiamente implementado.
Esta afirmación de trascendental importancia no resulta de fácil comprensión para el común de los mortales, ya sea por ignorancia o indolencia, o por no querer creer que algo en apariencia superfluo tenga tal magnitud.
Intentaremos ejemplificarlo con un caso que nos es particularmente conocido para demostrarlo, pero este sistema no es cuestión de un gobierno en particular, de una época ni de un país, sino que es un sistema mundial que se desarrolla con particular eficacia más allá de los nombres, por lo que no intentamos aquí hacer política, criticar gobiernos, ni tampoco centrarnos en un hecho histórico particular
Pongamos entonces como ejemplo cercano la situación de Argentina, que suele ser noticia mundial por sus recurrentes crisis de deuda (aunque, variando las cifras, la situación es muy similar en la mayoría de los países): hoy en día, corriendo el año 2014, siendo sumamente benévolos con las sumas y sin hurgar en lo que se esconde debajo de la alfombra, la Argentina tiene una deuda que se estima, como mínimo, en los 300.000 millones de dólares (5) (lo que equivale casi a dos terceras partes del Producto Bruto Interno, o sea un 60% del valor de la producción total del país). Esta deuda no sólo no se paga nunca, sino que ni siquiera se llegan a pagar los intereses de este capital: en los últimos años apenas se llega a pagar poco más de las dos terceras partes de los intereses, pero nada del capital, por más que oficialmente se hable de desendeudamiento. Es muy importante notar que todo lo que no se pague, se vuelve a refinanciar sumándolo al capital inicial (lo que además es una práctica ilegal conocida como anatocismo, aunque generalmente las partes suelen pactar la capitalización de intereses ante la desesperación de no poder pagar). No es difícil darse cuenta que esto siempre deriva en cifras cada vez más imposibles de saldar. Por lo tanto, no es difícil deducirlo: Argentina está condenada a una deuda eterna que, aunque se paga con el trabajo de cada argentino, no se logra reducir sino que, por el contrario, aumenta cada vez pues año tras año se intentan pagar los intereses (6), se refinancia el capital de la deuda y se toma aun un poco más .
Teniendo en cuenta la información oficial publicada cada año por el ministerio de economía en su página web, que luego se desdibuja en el discurso oficial que lo intenta esconder entre otras variables, como cuánto creció tal o cual deuda en particular y comparación con otras variables, en realidad el saldo total de la deuda (lo que se pidió de más, aparte de lo que se usó para pagar deuda vieja) aumentó 14.600 millones de dólares (MD) en 2011, 18,800 MD en 2012, 10.800 MD (según Ley de Presupuesto Nacional, no hay información definitiva) en 2013 y se previó aumentarla en 12.700 MD durante este 2014. El presupuesto nacional 2015 prevé aumentarla 17.700 MD, aunque con el ritmo de devaluación, que siempre es mayor que el previsto, y los anclajes a crecimiento de muchos bonos, seguramente sea mayor. El total de deuda a tomar durante el 2015 se prevé en 134.000 MD (lo que en gran parte se utiliza para pagar la deuda y volver a refinanciarla para dejar todo igual), dentro de la política liberal de todos los países de la actualidad que sólo tienen como receta tomar deuda para cancelar deuda y que todos los economistas toman como normal y hasta acertado el ir pagando sólo los intereses de la deuda (lo que muchas veces ni siquiera se alcanza a hacer) y refinanciar sistemáticamente el total del capital. Como la genial receta suele tener pequeñas fallas, de gobierno a gobierno el total que se refinancia sistemáticamente aumenta siempre un poco más y mientras tanto el pueblo sigue pagando con su trabajo los intereses de la deuda.
De todas formas, aunque, según la receta de los economistas liberales, el capital se refinancie totalmente con más deuda (7) y sólo se paguen los intereses, ya estos son lo suficientemente grandes como para condicionar la política nacional y parasitar el gasto público. El lic. Héctor Guiliano hace un excelente análisis de la incidencia del pago de intereses en Argentina según las previsiones de la Ley de Presupuesto (PL):
“Según el PL en 2014 está previsto pagar por este concepto 77.300 M$ (12.200 MD).
Es el 9.0 % del Gasto Público Total (859.000 M$), el 10.1 % del Gasto Público Corriente y el 16.9 % - prácticamente el 17 % - del Gasto de la Administración Central, lo que quiere decir que casi 1/5 de las erogaciones del Gobierno Central se destinan al pago de intereses (sin contar los cupones PBI).
Comparativamente a las otras jurisdicciones del Presupuesto 2014 los gastos por intereses a pagar en el año - los 77.300 M$ citados - son muy elevados frente a los de Interior/Transporte (29.500 M$), Seguridad (36.300 M$), Defensa (35.100 M$), Educación (45.700 M$), Ciencia/Técnica (5.600 M$), Salud (16.300 M$) y Desarrollo Social (48.800 M$).
La partida presupuestaria para el pago de Intereses es fuertemente creciente dentro del Gasto Total y constituye el rubro de gasto con mayor aumento en el ejercicio: su incremento contra el 2013 es del 73.2 % (44.500 versus 77.300 M$), lo que supera ampliamente el aumento general de gastos del Presupuesto 2014, que es del 19.2 % (721.200 versus 859.500 M$).
Es decir, que el aumento del gasto por pago de intereses es de casi 4 veces (3.8) el aumento del promedio general de gastos en el presupuesto 2014.
Para tener una idea gráfica del costo comparativo y alternativo de los intereses de la Deuda Pública - los 12.200 MD en el año - hay que considerar que este importe significa un promedio de 33.4 MD por día: 1.4 MD por hora que pasa de nuestra vida (estimativamente, el costo equivalente a la obra civil de una sala médica asistencial).”
Esto si se analizan sólo los intereses, o sea lo que ganan los financistas sin hacer nada mientras el pueblo les tiene que generar esas ganancias, porque el capital ni siquiera es tenido en cuenta por los economistas del sistema, sólo se les ocurre refinanciarlo y los gobiernos tienen prohibido cuestionarlo. (8)
Si bien todos los gobiernos se quejan de la herencia adquirida en materia de deuda, la realidad es que absolutamente todos siguen exactamente el mismo sistema y nadie se anima a cuestionarlo, por lo que de todas formas la deuda aumenta tras cada gobierno. Es así que todos tomaron después más deuda y dejaron al final de su gestión un stock de pasivos superior al que recibieron: 8.000 MD (millones de dólares) Isabel Perón, 44.000 MD el Proceso militar, 62.000 MD Alfonsín, 122.000 MD Menem, 145.000 MD De la Rúa, 173.000 MD Duhalde y 208.000 MD Kirchner. (según cifras oficiales redondeadas, las sumas son siempre más altas cuando se las analizan con cuidado)
Las obligaciones de pago de deuda constituyen el condicionante principal del desarrollo económico del país. Este sistema de endeudamiento perpetuo no es una casualidad sino que se trata de un plan muy bien elaborado para el control político tanto de la Argentina como de la gran mayoría de las naciones, ya que mientras más con la soga al cuello se esté, más dócilmente se aceptarán las liberales “recomendaciones” de los organismos internacionales que le evitan al país ingresar en una crisis cuando deciden declarar solvente a la Nación de turno (en realidad, toda Nación que toma deuda más allá de su capacidad de pago no puede ser nunca declarada solvente. Pareciera, sin embargo, que sólo cuando a la banca internacional le conviene esto toma estado público y recién entonces los analistas se rasgan las vestiduras pues, por ej., EEUU es el país más endeudado del mundo y nunca se habla de su deuda)
Pero el problema no termina aquí ya que, aunque no lo notemos, el interés, siendo además la principal fuente de inflación, inunda la vida económica de todo un país y produce un drenaje constante de su riqueza hacia las arcas de la finanza internacional. El interés lo encarece absolutamente todo: el pan y la leche de cada día es cada vez más cara debido al interés, los impuestos que pagamos son más caros debido al interés, la pérdida de valor de la moneda que tenemos en el bolsillo se debe al interés.
La gente tiende a pensar que sólo paga interés al sacar un crédito pero en realidad todo lo que compramos ya tiene en su costo una proporción de precio que corresponde al pago de interés. Si bien Hitler, de la mano de las ideas de Feder, redujo el costo de crédito, interés e inflación a niveles menores al 5%, con la idea de llevarlo cada vez más a 0, la economista Magrit Kennedy (9) a comprobado que en la actualidad en Alemania se paga en promedio alrededor de un 50% por costos de capital sobre todos los precios de bienes y servicios, llegando a prácticamente al 80% en el sector inmobiliario. (lo que se podría hacer extensivo a prácticamente todo el mundo, aunque seguramente los países con mayor crisis como Argentina tengan un porcentaje aun mayor).
Creemos que con estos ejemplos queda claro como el trabajo productor de bienes reales de millones de personas, pues la deuda se paga con las riquezas que todos generamos, es tributario de los intereses de un capital que nada produce, un dinero que en realidad, si no fuera por la confianza de la gente y la creencia cuasi religiosa en las sacrosantas “teorías económicas”, no es más que un papel que no sirve ni para envolver un queso. De aquí viene una de las tesis fundamentales del NS y de Feder: el dinero ha perdido su función real de ser un bono por trabajo efectuado para convertirse en un medio de esclavización de los pueblos. Tras su actividad parasitaria, una minoría detentadora del poder vive a costa de la esclavitud y el trabajo creador de las naciones, generando ganancias extraordinarias sin producir nada. El mismo Feder constató que en la Alemania de aquella época el capital prestamista era 20 veces más grande que el capital industrial. La abolición de la servidumbre del interés del dinero logró acabar con esto para devolver el dinero a quienes les pertenece: a los productores de bienes. Sólo el producto del trabajo tiene un valor para el nacionalsocialismo, nunca el dinero. Si se aumentara la cantidad de dinero al doble y se lo repartiera sin mediar productos nuevos, sólo se lograría crear una inflación que aumentaría el precio de los productos al doble, y el dinero adquirido de más serviría para comprar lo mismo que antes con la mitad, lo que demuestra que en definitiva son los productos los que tienen valor. En realidad, lo que estamos experimentando con la enorme inflación que se vive en Argentina es justamente este aumento de moneda circulante en cantidades extraordinarias pues el gobierno, al no poseer fondos ni recursos genuinos en capacidad suficiente como para sostener el enorme peso de la deuda, imprime moneda sin respaldo sólo para poder pagar la deuda y esta presiona sobre los precios (10) generando inflación, que al estar al orden del 40% anual y no ser repartida entre la población sino que va a parar al sistema financiero, sucede que la persona que tenía 10.000 pesos guardados, al año, con el quite de valor del 40% tiene el equivalente a 6.000 pesos. Este “robo legal” se produce constantemente en prácticamente todo el mundo, de diversos modos, con los aumentos de precios, que si no lo genera el gobierno de todas formas lo generan los bancos con el sistema de encaje bancario que le permite crear dinero para dar créditos virtuales (11)
La presión de la deuda es tan grande que toda la economía del país se ve alterada por ella. Así, siendo que los medios de financiamiento del Estado son: la emisión monetaria, la recaudación tributaria, las empresas del Estado y la toma de deuda, todos los gobiernos se ven obligados financiarse exclusivamente por esta última opción –la deuda- a pesar de que es el más caro ya que se deben pagar intereses por él. La deuda termina creciendo hasta niveles tan altos que todos los demás medios de financiamientos son utilizados exclusivamente para el pago de deuda (12). Se emite más dinero para pagar deuda en vez que para financiar la economía del país, todas las ganancias son volcadas al sistema de deuda y los impuestos son aumentados cada vez más para poder hacer frente a los pagos de deuda.
Feder sostiene que el quebrantamiento de la servidumbre del interés nos da la posibilidad de abolir todos los impuestos directos o indirectos. Al eliminar el interés, el dinero que antes iba a parar íntegramente a los bolsillos del gran capital prestamista queda libre para obras públicas. La Alemania nacionalsocialista ha demostrado con el ejemplo que las rentas de todas las empresas estatales que producen utilidades, como el correo, el telégrafo, el ferrocarril, las minas, los bosques, etc., alcanzan completamente para poder costear todos los necesarios objetivos estatales en las áreas de educación, cultura, justicia, administración publica, previsión social, etc. sin tener que cobrar impuestos a la gente, impuestos que no son otra cosa que servidumbre al interés del dinero.
El Tercer Reich ha demostrado que el milagro económico es posible. Rompiendo estas cadenas, los alquileres pudieron ser reducidos a la mitad, los productos básicos que cubren las necesidades diarias redujeron su valor y fueron mantenidos al menor precio posible, y, ¡por fin!, propiedad, alimentación, educación, salud, vivienda, y demás necesidades básicas, pasaron a ser un derecho inalienable de todo ciudadano en vez de una mercancía más librada al libre comercio y a los vaivenes de la economía capitalista (13).
Feder nos ha advertido también sobre uno de los mecanismos más peligrosos de la trampa del interés: los intereses de intereses, o interés compuesto. A pesar de estar prohibido bajo la figura de anatocismo, este es capaz de hacer de una pequeña deuda una deuda impagable. Dado que su crecimiento es exponencial, se torna un factor que multiplica exponencialmente la deuda a determinados lapsos de tiempo. El crecimiento exponencial lo pone en oposición de lo que tendría que ser un crecimiento puramente lineal de las ganancias de la industria pues la ganancia, la propiedad privada y la iniciativa privada es promovida por el nacionalsocialismo como forma reconocimiento a la personalidad, el carácter y el propio esfuerzo, pues la comunidad crece gracias al impulso de sus mejores hombres y no por el nivelamiento hacia lo bajo; pero estos logros no pueden nunca llegar a un tipo de ganancia que es antinatural y perjudicial para la comunidad. En la naturaleza el crecimiento exponencial corresponde al cáncer o procesos parasitarios que llevan a al muerte y en la economía sólo corresponde a la ganancia de las finanzas, que también llevan a una muerte silenciosa o miseria de los trabajadores. Este sistema de ganancia es una trampa implantada gracias a la ignorancia o indolencia de los hombres.
Para hacerlo comprensible, Feder utiliza como ejemplo el famoso problema matemático en el que un mísero penique, puesto en la época del nacimiento de Cristo a un interés del 6%, convertido a interés de intereses, se convierte en la actualidad en una cantidad tal que ni siquiera nuestro Sol junto a todos los planetas de su sistema, hechos de oro macizo, alcanzarían para pagar la deuda. El objetivo de esta trampa es muy claro y Feder lo pone de manifiesto: que toda la humanidad se haya vuelto enteramente tributaria del capital prestamista internacional.
El problema del interés no era algo nuevo para la época, aunque se comenzaba a hacer evidente que, al librarse de las cadenas que en otro tiempo lo contenían, se tornaba una variable totalmente determinante para la política de cualquier Estado. A lo largo de la historia, la usura fue siempre muy duramente combatida, desde los emperadores romanos prohibiendo terminantemente el interés, hasta la edad media, donde se procedía con frecuencia en forma sumaria contra los usureros, o los campesinos y ciudadanos esquilmados se unían y, sin mediar juicio, directamente los asesinaban por sus propios medios. Solo el judaísmo fue la excepción, aceptándola desde los orígenes de su historia e incluso impulsándola explícitamente por su propio dios en el Antiguo Testamento (14).
En todas las épocas y en todos los demás pueblos, sin embargo, el problema del interés o la usura (15) preocupó a los hombres. Con el advenir del materialismo, la usura se fue introduciendo cada vez más como algo aceptable, hasta obtener acta de nacimiento legal en 1789 con la revolución francesa: la Subversión burguesa consagró legalmente el préstamo a interés, esto es, el principio básico del capitalismo, que a través de ella había alcanzado el poder. Dice Feder: Es especialmente importante en este orden de cosas destacar que, recién a mediados del siglo pasado todas las limitaciones en las operaciones de interés y todas las prohibiciones de interés fueron abolidas. De modo que no mucho más antiguo que medio siglo es el concepto de interés considerado hoy en día como indisolublemente unido a la posesión del dinero. Pero precisamente este concepto del interés ha permitido que el dinero se convierta en el poder demoníaco de dominio mundial que conocemos.  Recién a partir de mediados del siglo pasado data también el incipiente y luego cada vez mas fuerte endeudamiento de los Estados frente a los capitalistas. Recién a partir de esa época vemos decaer el Estado, desde órgano de la comunidad nacional, como realmente debería ser, a simple órgano de los intereses capitalistas. Aquí encontramos el punto de inflexión donde los Estados pierden su soberanía y sus funciones para con los ciudadanos, para convertirse en esclavos de lo designios de la alta finanza y sus planes de dominio mundial implícitos en la lógica capitalista (16).
La pérdida del soberano derecho que tienen los Estados para emitir moneda nacional resulta un instructivo ejemplo: El lavado de cerebro hecho por los teóricos de la economía ha impuesto como dogma que la emisión de moneda por parte del Estado puede transformarse en una catástrofe, de modo que ésta debe permanecer en manos de los bancos, que, aún cuando sean entes privados con fines de lucro, se ¿debe? suponer que actuarán en beneficio del pueblo. Durante el Tercer Reich quedó en evidencia que, si se necesitan billetes, es el Estado quién debe emitirlos teniendo en cuenta las necesidades de sus ciudadanos. Esto será benéfico siempre y cuando se ponga como respaldo al trabajo y los bienes producidos, para evitar la presión inflacionaria. Cuando el dinero es invertido en el sector productivo, los bienes aumentan junto con el consumo e impiden que exista inflación debido al equilibrio entre dinero y bienes. La inflación sólo se produce si existe un desequilibrio entre los bienes y el dinero, por lo que es otra más de las mentiras con las que se somete a las naciones el declarar que si se deja la impresión de dinero a los Estados esto derivaría en un proceso inflacionario. De más está decir que hoy en día la emisión de dinero ya no está a cargo de los Estados, pero es importante notar que la inflación, en cambio, sí la generan los bancos creando dinero de la nada. Sin embargo, esto no parece ser advertido por los economistas ni oímos que pongan el grito en el cielo cuando los bancos prestan dinero que no tienen y generan desequilibrios en la economía. Mucho menos dicen por qué se genera un corralito, como sucedió en Argentina, y los bancos se niegan a devolver el dinero a los ahorristas (repetimos, es dinero que no tienen pues lo han generado de la nada mediante la posibilidad que les da el encaje bancario de generar dinero sin trabajo y enriquecerse a costa de la gente común). Esto es así aún cuando la vil mentira de que la emisión por parte del Estado generaría inflación ha sido refutada, tanto en la campaña de esclarecimiento llevada a cabo por Feder, Schacht y demás economistas del Tercer Reich, como por los hechos acontecidos durante el gobierno NS. Aquí, aun cuando se transgredieron las leyes de la economía, todos los problemas económicos que aquejan a los pueblos fueron subsanados sin dificultad y las mentiras de las teorías económicas quedaron en evidencia.
Feder es particularmente enfático en el hecho de que sea el Estado quién decida la emisión de dinero y no se tenga que recurrir a los bancos o a los préstamos: ¡Es que ya no queremos que alguien preste su dinero! El crédito a interés fue la argucia, la trampa, en que entró nuestra economía, y en la que ahora esta enredada impotente (si el pueblo realmente necesita un capital mayor, entonces adquiere sin interés, solo contra reembolso en la caja central del fisco, las sumas requeridas y, eventualmente, emite nuevos billetes. ¡¿Por que ha de emitir bonos que generan interés!?). ¡Si es papel, que de interés o que no de interés, lo mismo es! Detrás está sola y exclusivamente la fuerza laboral, la fuerza impositiva del pueblo. ¡¿Por que gravar desde el comienzo todo gasto estatal con el peso de plomo del interés perenne?! 
Desde que el poder del dinero se ha vuelto amo y señor de la vida política, sólo el NS lo ha combatido tenaz y eficientemente. Es sorprendente como las demás ideologías políticas lo han ignorado y resulta ser que es justamente el NS el que se convierte en la única ideología permanentemente denigrada durante más de 70 años por todos los medios de comunicación, que, de más está decir, están en manos de la alta finanza que salvaguarda su propia existencia con esta mentira y con el control de la opinión pública por los medios de propaganda, que tanto poder tienen que hasta lograron inventar una supuesta matanza programada de millones de personas sobre la que no hay pruebas (17). Particularmente sorprendente es ver como otras ideologías supuestamente socialistas le rinden pleitesía al poder del dinero. Es así que vemos como la ideología marxista se detiene como a voz de mando ante los intereses del capital prestamista. La santidad del interés es el tabú; el interés es lo mas sacrosanto; sacudirlo no lo ha osado nunca nadie; mientras la propiedad, la nobleza, la seguridad de la persona y de los bienes, los derechos de la corona, las convicciones religiosas, el honor castrense, la patria y la libertad están puestos mas o menos fuera de la ley, el interés es sagrado e intocable, el interés es el “nolime tangere”. La complacencia de Marx con el interés (tal vez debido a su propio origen judío) es explícita en su obra fundamental, “El Capital”, donde lo encontramos aceptado como valor capaz de crear valor sin mediar trabajo. Dice, por ejemplo: “... el dinero tiene la virtud de crear valor, de arrojar interés, lo mismo que el peral tiene la virtud de crear peras...”. Lo encontramos negando la oposición entre este capital financiero y el producido por trabajo cuando dice: “en la forma del interés se esfuma esta antítesis frente al trabajo asalariado, pues el capital a interés contiene como término antagónico no al trabajo asalariado sino al capital industrial...” “...El interés es una relación entre dos capitalistas y no entre el capitalista y el obrero...” Llega incluso a analizar el interés compuesto (anatocismo) sin condenarlo ni cuestionarlo. Feder critica acertadamente al marxismo que, además de ocultar la oposición entre el trabajador y el poder del dinero, crea una oposición entre dador de trabajo y tomador de trabajo en primer plano, pecando de esta manera irresponsable precisamente contra los trabajadores, pues con ello pone el hacha en la raíz del árbol que nutre y sostiene la clase trabajadora.
Mientras el NS unió a todo el pueblo contra el poder financiero que lo esclavizaba, el marxismo dividió a la población entre sí dejando el terreno abonado para la ganancia de la alta finanza. Éste y muchos otros ejemplos evidencian la perfecta convivencia entre el poder del dinero y las demás ideologías políticas, destacando aun más la tarea que emprendió con éxito el NS, tarea que solo pudieron opacar fabricando un cúmulo de mentiras con el fin de demonizar al Tercer Reich. De este modo el poder mundial ha dejado en la infamia a quien fue su mayor enemigo y puede continuar manejando los hilos del mundo sin ser percibido. Como yapa, deja en las conciencias de la masa la personificación del mal absoluto, descargador de culpas, en la figura de su alternativa.
Feder deja claro que: Universal es el pensamiento; a todo el mundo debe liberar. ¡Salve la nación que primero se atreva a dar el paso audaz! Pronto le seguirán todas las otras. El poder que esclaviza a las naciones será destruido, el dinero volverá a ser lo que debe: un bono por trabajo efectuado, pues el valor lo tiene exclusivamente el trabajo y los bienes producidos, no un pedazo de papel. Así se abre camino a una meta más alta: el abandono de la rabiosa codicia de nuestra época. Efectivamente, cuando se luchaba por implantar una nueva visión económica, se luchaba en realidad por una meta más alta: revertir el oscurecimiento espiritual e implantar valores trascendentes que ya no tengan como traba la religión materialista del dinero.
De haber ganado la guerra, el NS hubiera servido de ejemplo a las demás naciones y el dominio de unos pocos esclavizando a una mayoría llegaría a su fin. Es por esto que aún vemos que el poder mundial continúa con su propaganda antinazi incluso en nuestra época, 60 años después de terminada la Segunda Guerra Mundial. La razón se transforma en una obviedad ahora: ambos sistemas son incompatibles. El NS implica la destrucción del poder mundial, por lo tanto éste utiliza todos sus medios (de más está decir lo inmensos que son) para imputarle los más terribles crímenes y que la gente no llegue a darse cuenta de lo que realmente fue. En consecuencia, podemos seguir esclavizados y cegados aun en medio de las condiciones más antinaturales y humillantes, sufriendo la humanidad entera la peor de las violencias: la miseria, pero sin poder avistar la solución debido al lavado de cerebro y a la posesión que los “hijos de la mentira” tienen sobre los medios de comunicación para continuar con la farsa.
La propuesta económica de Feder supo ir directo al hueso del problema. La misma, como él mismo dice, no es tanto un plan para mejorar la naturaleza humana sino un ataque frontal contra la fuerza demoníaca que hoy como ayer envuelve a las naciones en sus intrigas con el objetivo de dominar y esclavizar a los hombres.
Es importante apreciar que Feder, con una cita bíblica, aunque sin aceptar como dios universal a yahvé (18), cierre su obra poniendo en evidencia la identidad del poder supranacional que, tras el escudo de “religión”, mantiene la promesa del dios yahvé a su pueblo elegido en el Antiguo Testamento: “te daré en propiedad todos los tesoros de la tierra, a tus pies han de yacer todos los pueblos de la tierra y tu reinarás sobre ellos”, palabras que, conmovidos, reconocemos ahora en su terrible realidad. En el Deuteronomio yahvé le da a su pueblo la fórmula para hacer realidad la promesa de dominio sobre los demás pueblos: “Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado”,  he aquí que luego deja en claro que si desobedecen sus órdenes tal dominio no podrá hacerse efectivo y sorpresivamente los amenaza con el siguiente mal: “Él (extranjero) podrá prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él”. Dicha aserción es equiparada a la ruina de Israel y es el castigo que les tiene preparado a quienes no lo reconozcan como único dios. La fórmula se la deja aún más clara a su pueblo en el capítulo 15 del Deuteronomio: “Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés”; “Pues el señor tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.”.
Grande es la sorpresa cuando encontramos en los tiempos bíblicos un ejemplar antecedente de cómo el poder financiero se apodera de las riquezas del mundo y lo lleva a la miseria y esclavitud: en dicho libro “sagrado” podemos leer como José, ayudado por su dios yahvé, toma el poder en Egipto, se apropia de todas sus riquezas y deja en la miseria al pueblo egipcio siguiendo al pie de la letra la táctica que este pseudo dios recetara a su pueblo elegido. Aprovechando la fluctuación entre la abundancia y la escasez, todas las riquezas del pueblo fueron tomadas por José a cambio de la cosecha recaudada como impuesto y almacenada durante los años de abundancia para luego hacerla valer durante los años de escasez y apoderarse, primero del dinero, luego del ganado, las tierras y hasta de los cuerpos tomados en esclavitud, para finalmente imponer el tributo perpetuo sobre el trabajo de los egipcios. Es esta misma estrategia, algo aggiornada, la que hoy es continuada por el poder del dinero a gran escala en todo el mundo, sólo que la hipoteca sobre los bienes y trabajo de la gente ahora es lograda a cambio del préstamo a interés y regulada mediante la abundancia y escasez de dinero que los banqueros internacionales manejan a su antojo, amparados por las leyes económicas de todos los países. No resulta sorprendente pues que personas de la misma confesión y que siguen al mismo dios, sean la enorme mayoría entre las filas de la finanza internacional.



NOTAS:



1.- Según cuenta Feder en un artículo del Völkischer Beobachter de 1920 (No. 72) también en 1918 lo presenta al gobierno del judío-alemán Kurt Eisner en Baviera que, como era de preveer por sus orígenes marxistas, no lo tomó en consideración, aunque Feder esperaba encontrar cierta recepción a sus ideas en ámbitos socialistas. Cabe notar que Kurt Eisner había sido declarado culpable de traición a la patria en 1918 por su papel en la incitación a una huelga de trabajadores de municiones durante la Primer Guerra mundial y luego de pasar nueve meses en prisión es liberado durante la amnistía general de octubre de ese año, tras lo cual organiza la revolución que derrocó a la monarquía en Baviera, declarándola un Estado libre y republicano.

2.- Asentado en el folleto "Guías del partido alemán de los trabajadores" del 5 de enero de 1919.

3.- El 1% de los más ricos controlan el 48,2% de toda la riqueza acumulada en el mundo, según un informe de expertos del banco Credit Suisse en 2014, que entre otras cosas constata que sus ganancias aumentan tras cada crisis, y que la brecha crece cada vez más.

4.- Todos los extractos textuales del libro de Feder, “Manifiesto contra la usura”, son expresados en letra itálica.

5.- Suele ser difícil cuantificar los montos totales de la deuda pues no se suele dar información oficial clara al respecto, y cuando se la da se lo hace de forma desfigurada, pero podemos acudir con seguridad a los trabajos de Héctor Giuliano, el a nuestro juicio el mejor especialista en la temática, para hacer un desglose según los escasos datos oficiales. De ellos podemos deducir que aunque oficialmente se dice que la deuda es de aproximadamente 200.000 millones de dólares (MD) siguiendo también los datos oficiales y sobre todo los proyectos de Ley de Presupuesto Nacional que el poder Ejecutivo debe presentar para su aprobación al Legislativo, la deuda puede ser cuantificada en un mínimo de 300.000 MD dado que el gobierno afirma que la deuda es de 214.000 MD por Capital, 72.000 MD por Intereses a Pagar y 15.000 MD por saldo de Cupones PBI, lo que da un total 301.000 MD en total. Pero esta deuda es sólo en cabeza del Estado Central, pues en ella no se cuenta las deudas provinciales ni municipales (sin datos precisos), las del Banco Central, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios ni las Juicios contra el Estado con Sentencia en firme, entre otras variables, que bien podrían aumentar la deuda a 400.000 MD.

6. El pago sólo de intereses fue de 9.400 MD en 2011, 10.200 MD en 2012, 10.800 MD en 2013, 15.500 MD en 2014 y están previstos 18.600 MD, según el desglose revelador realizado por Héctor Giuliano siguiendo los informes del Ministerio de Economía. Si bien no reflejan del todo las verdaderas cantidades al menos son las cifras oficiales y alcanzan de sobra para tomar real magnitud del problema. Todos los datos los hemos tomados de sus informes que se pueden encontrar en diversos sitios de Internet, como los del Proyecto Segunda República, pues consideramos es el economista que mayor claridad aporta a una temática ya de por sí pensada para ser expresada en términos oscuros y que pocos tomen real dimensión. Giuliano cuenta además con la ventaja de encontrarse alejado de los condicionantes y mitos de la política moderna como para poder afirmar categóricamente que la deuda no es una variable política sino un sistema de esclavitud con su propia lógica y fines oscuros, además de que es el verdadero y absoluto condicionante de la crisis y los problemas políticos y económicas.

7.- Hitler también se opuso a financiar cualquier tipo de gasto con deuda, y se podrá recordar que durante gran parte de su lucha política se destacó por su total oposición de los Planes Young (1929) y Dawnes (1924), que institucionalizan en la Alemania desbastada por la crisis (tal vez la peor de su historia) el sistema de endeudamiento para pagar deudas. En sólo un par de años tras su llegada al poder pudo salir de la crisis y fortalecer a Alemania hasta llevarla al primer plano mundial sin necesidad de empréstitos y borrando totalmente a las finanzas de la política nacional.

8.- Argentina tiene además investigaciones judiciales por ilegalidades en los procesos de endeudamiento – causas Olmos II, Megacanje 2001 y denuncia Olmos Gaona-Marcos, incluyendo nulidades ratificadas por el fallo Ballesteros sobre la causa Olmos I – pero ningún gobierno se atreve, o directamente no quiere, a investigarlas y la justicia hace lo posible por demorarlas, todo lo cual no es otra cosa que traición a los intereses del país para sostener el vasallaje a los poderes financieros.

9.- Margrit Kennedy: "Dinero sin inflación ni tasas de interés", donde ha desglosado el porcentaje que el capital financiero tiene en el valor de los productos y servicios en la actualidad. Sus cifras han sido extraídas de la investigación del economista Helmut Creutz, quien interpreta las publicaciones oficiales del Bundesbank (Banco Central de Alemania).

10.- Existe actualmente en Argentina un mecanismo un poco más complejo, ya que el gobierno sabe que esa enorme masa de dinero sin respaldo creada sólo para pagar deuda pública generaría una hiperinflación insostenible (La teoría económica oficial sí dice que la creación de dinero genera inflación, pero olvida que si el dinero generado se utilizara en proyectos productivos no lo generaría, como ya había demostrado hace muchos años el economista Argentino Walter Beveraggi Allende en su libro “La teoría cualitativa de la moneda”; reedición: ed. Sieghels, 2014), por lo que lo que hace es quitar del circulante, o “esterilizar” ese dinero sin respaldo, emitiendo Letras del Banco Central (LEBAC) y Notas del Banco Central (NOBAC) que se pagan en efectivo y el Banco Central lo retiene. Lamentablemente esto es sólo una solución a medias pues para que el dinero sea retenido por este medio debe pagar altas tasas de interés (actualmente de aproximadamente el 30%) para que no corra hacia el dólar u otras inversiones más fructíferas, lo que genera más deuda pública y este dinero, que va a parar fundamentalmente al sistema financiero, se quita al sistema productivo ya que este altísimo interés del 30% indirectamente fija la tasa de interés del mercado, perjudicando a las empresas productivas que necesitan créditos y deben encarecer sus productos, por lo que en definitiva el alto costo lo pagamos todos los consumidores cuando compramos los productos. La sustracción de dinero del mercado, por otra parte, no hace más que aumentar la recesión al correr el dinero de su función original, que debería ser de mediadora de intercambio de bienes y producción, no instrumento de especulación y ganancias financieras mediante la usura.
Las LEBAC/NOBAC amenazan con convertirse también en un verdadero problema ya que generan cada vez más deuda. A septiembre 2014 la deuda en este concepto es de 30.700 MD, lo que equivale a casi el 70% de la masa monetaria de todo el país. Todo esto no hace más que reafirmar la total preponderancia de las finanzas y la deuda en la situación del país.
No es casualidad entonces que mientras todas las empresas están viendo caer sus ganancias, cualquier ciudadano puede apreciar que cada vez cuesta más ganar dinero, el sector financiero aumente, en plena crisis, aproximadamente en un 30% con respecto al año anterior (esas son las cifras oficiales del Banco Central al menos) sus ganancias, lo que lo convierte en el sector con mayor crecimiento del país. La gente tiende a creer que se debe a habilidad para los negocios, pero en realidad se trata de trampa y parasitismo gracias a un sistema que ha prevalecido en el mundo tras haber vencido en la Segunda Guerra Mundial, única vez que alguien les plantó bandera y vió su poder tambalear.

11.- El volumen de dinero virtual ronda el 90% del total en todo el mundo. Ver Joaquín Bochaca: “La finanza y el poder”, incluido en la nueva edición de “El enigma capitalista”, Buenos Aires, Ediciones Sieghels; 2014.

12.- Argentina, además, ante una deuda incontenible, ha pasado gran parte de la deuda al sistema público para poder privilegiar el pago a acreedores extranjeros ya que ha utilizado ya el 60% los fondos de jubilación del ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) para pagar la deuda, ha tomado prestamos por aproximadamente el 45% del Activo del BN (Banco Nación) -desvirtuando totalmente la función del BN que es brindar créditos productivos a las PYMEs (Pequeñas y medianas empresas)- mediante la colocación de títulos públicos en su cartera para poder pagar deuda, y ha finalmente descapitalizando el BCRA (Banco Central de la República Argentina) tomando sus reservas para poder hacer frente a la deuda en dólares en suma tal que prácticamente el 60% de sus Activos están prestados al Tesoro. Toda esta enorme deuda intra-Estado, empapelando el sistema público con papeles sin absolutamente ninguna capacidad para pagarlos, podría llegar a ser una buena medida si se tienen ideas claras y nacionalistas con que salir de ellas, pero lamentablemente el gobierno declara que pretende volver a salir nuevamente al mercado internacional de capitales (forma amigable de decir que se tomará más deuda externa) una vez solucionada la crisis, lo que equivale a intentar solucionar los problemas de deuda para poder tomar más deuda.

13.- Por cierto, nos gustaría acotar que seguimos sin entender como se habla de libertad y derechos humanos cuando la mayoría de las personas del mundo no puede gozar de gran parte de estos supuestos derechos debido a la “tiranía más alabada de la historia”: la tiranía del dinero.

14.- Hoy en día está de moda explicar la propensión del judaísmo a la usura por la convergencia de dos tendencias: por un lado, al estar esta práctica prohibida para los cristianos, se convertía en una actividad “vacante”, por otra parte, la marginalidad del judaísmo, perseguidos y discriminados en toda época y en todo lugar, los hizo verse en la imposibilidad de dedicarse a otras tareas y los “obligó” a dedicarse a la usura. Curiosa justificación para un pueblo que ya poseía este mandato en su religión fundacional, aun cuando otros “historiadores” citan frases de la biblia prohibiendo la usura sin reparar que siempre se la prohíbe entre correligionarios y se la permite para los extranjeros, como veremos más adelante.

15.- Creemos no tiene ningún sentido hacer distinción entre estos dos conceptos, aun cuando se suele definir a la usura como un “interés desmedido”

16.- Podemos discutir si este plan existe o no, o sus formas de implementación (aunque nosotros creemos que los protocolos de los sabios de Sion son una excelente guía para descubrirlo), pero resulta más allá de toda discusión que el control mundial es consustancial a la lógica capitalista de búsqueda incesante de ganancias y de una psicología materialista congruente, basada en la búsqueda de poder, que lo transforma en motor conciente o inconciente de este plan.

17.- Ver: Joaquín Bochaca: “El mito de los 6 millones”, “Los crímenes de los Buenos”, y “La historia de los vencidos”. Arthur Butz: “La gran mentira del siglo XX”. Sigfried Castan: “¿Holocausto judío o alemán?”. Todos ellos reeditados por Ed. Sieghels.

18.- Este tema suele causar repulsión en los cristianos, acostumbrados a tomar como un único y mismo dios al del Antiguo y Nuevo Testamento, pero siempre fue motivo de discusión en el cristianismo antiguo la aceptación de Yahvé como el mismo Dios del que habla Jesús, y si bien el catolicismo comenzó aceptándolo (discusión aparte y demasiado larga sería analizar la ancestral lucha por las traducciones del Antiguo Testamento y todas sus irregularidades a lo largo de la historia) dejó con el tiempo de aceptarlo, hasta que recién tras el Concilio de Trento de 1545 se vuelve a aceptar formalmente, e increíblemente, reunir el sanguinario dios del Antiguo Testamento que prescribe la usura como arma predilecta de su pueblo elegido para cumplirle su promesa bíblica “te daré en propiedad todos los tesoros de la tierra, a tus pies han de yacer todos los pueblos de la tierra y tú reinaras sobre ellos”, con el Dios Universal de Amor de Cristo en el Nuevo Testamento, aquel que al enfrentarse a los judíos los llama hijos de la mentira que tienen como padre al Diablo en el Evangelio según San Juan, 8. Asimismo, curiosamente el Catolicismo nace aceptando la práctica bancaria para pasar luego a ser el mayor opositor a la usura de la historia, hasta llegar a tiempos modernos donde oficialmente calla ante la usura, más allá de voces de religiosos marginales. Debería investigarse qué influencia tuvo el haber aceptado al padre de la usura como Dios.

PREFACIO PARA EL 27/13 MILLAR

Hace 13 años apareció El manifiesto para el quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero. Cuando publiqué en ese entonces este escrito, que estaba esbozado en sus puntos esenciales, en medio de las conmociones de los días de noviembre de 1918, yo mismo no podía creer ni esperar cuan inmenso efecto aun iba a producir, pues al poco tiempo llegó a ser fuente espiritual del Nacionalsocialismo. Adolf Hitler mismo escribe en su libro Mein Kampf, al referirse a la historia del origen del Movimiento:
“Por primera vez en mi vida escuche una disertación fundamental sobre el capital bursátil y prestamista internacional. Después de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido. El mérito de Feder residía a mis ojos en que había establecido con desconsiderada brutalidad el carácter tanto especulativo como económico del capital bursátil y prestamista, descubriendo su eterna premisa del interés. Sus argumentos eran tan justos en todas las cuestiones fundamentales que los críticos de los mismos desde el comienzo menos impugnaban la validez teórica de la idea cuanto más bien ponían en duda la posibilidad práctica de su realización. Sin embargo, lo que así a los ojos de otros era una debilidad de las exposiciones de Feder, constituía en los míos su fuerza”.
Con el objeto de poner otra vez a disposición de nuestros afiliados el texto de referencia, la editorial Franz Eher Nachfolger se decidió a publicarlo nuevamente sin modificaciones. Es posible que en ciertos pasajes la forma de expresión se en30
cuentre influenciada en gran medida por la conmoción resultante del crimen de noviembre, pero a pesar de ello no considero factible alterar en lo más mínimo la versión primitiva. El libro, por cierto, no es obligatorio para el partido en todos sus detalles; pero las tesis y las predicciones que están asentadas en él, se han cumplido plenamente en todos los puntos sustanciales, y justamente su título con la demanda del quebrantamiento de la servidumbre del interés, se halla tan en el centro del programa partidario nacionalsocialista, que toda su concepción está ligada del modo más vivo e íntimo con nuestro movimiento total.

Munich, pascua de 1932
Braunes Haus. (Casa Parda)
Gottfried Feder


Alemania Despierta (Desarrollo, lucha y victoria del NSDAP) - Wilfrid Bade

Costo para la República mexicana $230 envío incluido
Costo para EUA, Canadá, Centroamérica y caribe 22 dólares
Europa 22 euros
Sudamérica 26 dólares
Envíos incluidos
Envíos a todo el mundo.
Peso 350 gr.
Pags 110
Pasta blanda

"Alemania despierta: desarrollo, lucha y victoria del NSDAP" es una reseña de la historia oficial del NSDAP publicado por el partido tras la llegada al poder en 1933.
Cuenta cómo fue posible que, desde un pequeño grupo de hombres en soledad y con total escasez de medios, se desatara una lucha inmensa durante 14 años hasta construir un movimiento de masas gigantesco que, por sus ideas, valor y heroísmo, se ganara el derecho a dirigir los destinos del Reich.
Desde la fundación del partido en 1920, el nacimiento del NSDAP, Primer Congreso del Partido de 1923 en Munich. Proceso contra Hitler, Putsch de Munich. Los caídos, Refundación del partido. Levantamiento de la prohibición de hablar. Elecciones al Reichstag del 20 de Mayo de 1928. La Casa Parda. Terror y persecución, La vieja SA. El movimiento juvenil nacional-socialista, 1932 año decisivo. La llegada al poder: Hitler canciller del Reich. Potsdam, 1 de Mayo, el Führer y el mundo, Hitler y los trabajadores alemanes, Dr. Goebbels. El frente alemán del trabajo. Hitler y su SA. Congreso de la victoria. Desarrollo, lucha y victoria del NSDAP.

PREFACIO


14 años de lucha no dejan tiempo para escribir historia.
Más importante que las anotaciones y reflexiones sobre los acontecimientos era el servicio diario en la calle, en las reuniones, en las tribunas de oradores y en las marchas. Más importante eran los artículos de fondo en la prensa nacionalsocialista, los volantes y los carteles.
La seguridad inconmovible de Adolf Hitler de que Alemania podía ser salvada del hundimiento, ha encontrado su brillante confirmación. Ahora ha llegado el momento de llevar al papel el coraje heroico y el valor de los hombres que con intrépida confianza acometieron a un mundo de enemigos.
La Vieja Guardia merece que se narre cómo fue obtenida esta victoria y cuántos sacrificios, esfuerzos y fe nunca extinguida fueron necesarios para alcanzarla meta.
Ya una gran parte de las hazañas heroicas están próximas a ser olvidadas. El ritmo demasiado rápido e impetuoso de una lucha de 5.000 días ha relegado muchas cosas que merecen no ser olvidadas jamás.
Adolf Hitler y su Movimiento —hoy conocidos, amados y respetados por toda una Nación—, deben también estar permanentemente ante nuestros ojos en la lucha que debieron librar contra el odio, la enemistad, la calumnia y la incomprensión.
No es este un libro recordatorio para los combatientes del Movimiento, sino una obra dedicada fundamentalmente a aquellos compatriotas a los cuales entonces una prensa enemiga ocultaba los hechos del Movimiento Nacionalsocialista Alemán de Liberación. Porque sólo comprende realmente a Adolf Hitler y su Movimiento quien conoce los sucesos de la lucha que duró 14 años.

El mito del siglo XX - Alfred Rosenberg

Costo para la República mexicana $350 envío incluido
Costo para EUA, Canadá, Centroamérica y caribe 35 dólares
Europa 37 euros
Sudamérica 44 dólares
Envíos incluidos
Envíos a todo el mundo.
Peso 600 gr.
Pags 345
Pasta blanda

EL MITO DEL SIGLO XX. UNA VALORACIÓN DE LAS LUCHAS ANÍMICO-ESPIRITUALES DE LAS FORMAS EN NUESTRO TIEMPO

ALFRED ROSENBERG
CO-FUNDADOR DEL NSDAP, REICHSLEITER, MINISTRO DE LOS TERRITORIOS OCUPADOS DEL ESTE, RESPONSABLE DE LA FORMACIÓN DOCTRINARIA DEL NSDAP

EL MITO DEL SIGLO 20 de Alfred Rosenberg, es la obra más célebre del Nacionalsocialismo, con excepción de Mein Kampf, y probablemente la de mayor relevancia y amplitud de miras
Su autor fue nada menos que uno de los fundadores del Movimiento Nacionalsocialista, Reichsleiter (Dirigente del Reich) y ministro de los territorios ocupados del Este Además de ello, ejerció las funciones de Comisionado del Führer para la totalidad de la educación espiritual y doctrinaria del NSDAP". De ahí la trascendental importancia que para la comprensión del pensamiento nacionalsocialista revise EL MITO DEL SIGLO 20, cuya aparición desatara la controversia ideológica más encendida y violenta de la época contemporánea.
"El mito del siglo XX" es una de las aportaciones más decisivas, no sólo al pensamiento del vigente y concluso siglo, sino también a toda una cosmovisión milenaria de la civilización y del hombre. A nivel filosófico, los expertos, la valoran como el instrumento fundamental para profundizar en los movimientos de masas de los años 30 en Europa. A nivel histórico estamos, posiblemente, ante una monumental interpretación racial de la historia.

SEMBLANZA DE ALFRED ROSENBERG

«El proceso ha sido realizado por lo menos un año demasiado temprano. Entretanto se han encontrado gran cantidad de otros documentos. Hoy ya no condenaríamos a Rosenberg».
ROBERT KEMPNER. Judío “alemán”. Fiscal suplente de USA en el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg. [Cfr. Otto Bräutigam-So hat es sich zugetragen (Así aconteció), Ed. Kolzner, Würnzburg, Alemania, 1968]

Rosenberg nació en Reval, Estonia, una de las antiguas provincias bálticas de colonización alemana. Era, por lo tanto, uno de los numerosos alemanes de frontera y del exterior —Volksdeutscher— que han tenido una vivencia tanto más consciente de su alemanidad cuanto que estaban en contraste con su entorno. Allí cursó sus estudios, dedicándose simultáneamente con gran talento y vocación a las artes plásticas y a la arquitectura. Siendo aún estudiante secundario fue distinguido con diversos premios. Después de finalizar el Politécnico en Riga, visitó por primera vez Alemania: Berlín, Dresden, Münich y — estudiante de arte— siempre en primer lugar las pinacotecas, así como cuando en 1914 llegó a París, su primera peregrinación lo llevó al Louvre.
Al poco tiempo de su regreso estalló la guerra. Rosenberg se había trasladado a San Petersburgo y luego a Moscú para completar sus estudios, diplomándose de arquitecto con un brillante trabajo que le valió la invitación de integrar el estudio del famoso arquitecto profesor Klein en la metrópoli rusa, pero declinó para volver a Reval. Allí fue decisivo y característico para su destino el discurso que el 30-11-1918 pronunció en un gran salón por él alquilado, sobre el tema: “la cuestión judía”, identificando (tal como había podido comprobar) judaísmo con bolchevismo. Finalmente encontró el camino desde su hogar báltico rusificado a la patria alemana, cuyo aciago destino hizo que “...un hombre totalmente entregado al arte, a la filosofía y a la historia, que nunca había pensado mezclarse en política”, tuviera la más directa participación política en los días venideros.
Se presentó en la redacción de la revista combativa dirigida por el ardiente patriota Dietrich Eckart, Auf gut deutsch! [¡En buen alemán! N. del T.] con las palabras: “¿Necesitáis un combatiente contra Israel?”. Tomó contacto con la comunidad política y la camaradería de otros que pensaban como él, el pequeño grupo del DAP [Deutschen Arbeiter Partei - Partido Alemán de los Trabajadores. N. del T.] y en una visita que Adolf Hitler hizo a Dietrich Eckart, Rosenberg conoció al hombre del que dijo después del fracasado putsch de noviembre de 1923 (en el que también participó exponiendo su vida en las primeras filas): “En los campos de batalla en Francia, ante miles de sus amigos y enemigos, ante el Tribunal, en todas partes, él siguió siendo idéntico a sí mismo: el Führer, el hombre que encarnaba el anhelo de los mejores, que dio expresión a sus ansias hasta llegar a la acción, y más allá de la acción”.
Con el propósito de aglutinar a los nacionalsocialistas y mantener viva la fe mientras durase el encarcelamiento del Führer y la prohibición del NSDAP, junto con Julius Streicher y Hermann Esser el 1 de enero de 1924 fundó la Grossdeutsche Volksgemeinschaft.[Comunidad Popular Gran-Alemana. N. del T.]
En 1928 escribe EL MITO DEL SIGLO 20 (tenía sólo 35 años) que, publicado en millones de ejemplares, tuvo una repercusión enorme y suscitó grandes polémicas.
Ya el Nacional socialismo en el poder, como Reichsleiter ejerció por encargo especial del Führer la supervisión general sobre la totalidad de la difusión de la Weltanschauung nacional socialista. Durante la guerra mundial 1939-1945 fue ministro de los territorios ocupados del Este. En enero de 1943, en ocasión de su quincuagésimo natalicio, Hitler le dirigió un mensaje de congratulación en el que declaró que Rosenberg había sido el único entre sus colaboradores que en cuestiones fundamentales siempre había finalmente probado tener razón. Cabe recordar que ya en 1937 había sido honrado con la máxima distinción al serle conferido el Premio Nacional Alemán para el Arte y las Ciencias. En presencia de Hitler, el ministro Goebbels leyó entonces la fundamentación: “Como primero entre los vivientes, el Führer otorgó el Premio Nacional Alemán para el Arte y las Ciencias al Pg [Parteigenosse: compañero del Partido. N. del T.] Alfred Rosenberg. Alfred Rosenberg contribuyó con sus obras en medida descollante a fundamentar y afianzar científica e intuitivamente la concepción del mundo del Nacionalsocialismo. En una lucha incansable por mantener la pureza de la concepción nacionalsocialista se ha conquistado méritos especiales. Recién un tiempo posterior podrá apreciar plenamente cuán profunda es la influencia de este hombre sobre la estructuración espiritual y cosmovisional del Reich Nacionalsocialista. El Movimiento Nacionalsocialista y más allá de él, todo el pueblo alemán celebrarán con la más profunda satisfacción que el Führer distingue en Alfred Rosenberg a uno de sus co-combatientes más antiguos y más fieles, mediante el otorgamiento del Premio Nacional Alemán para el Arte y las Ciencias”.
Aún después de la tragedia de 1945 y ante el tribunal erigido por sus enemigos mortales para asesinarle, Rosenberg mantuvo con su invariable firmeza los principios de siempre... y subió sonriente al cadalso. [Corresponde señalar que la forma de ejecución consistió en la muerte por estrangulamiento en lugar del método usual de ruptura de la cervical. Este procedimiento sádico de los asesinos judeo-demomarxistas daba una vez más la razón a la lucha nacionalsocialista de Alfred Rosenberg. N. del E.].
Alfred Rosenberg —como todos sus gloriosos y abnegados camaradas— murió por un mundo nuevo determinado por EL MITO DEL SIGLO 20, es decir, el Mito de Adolf Hitler de la Sangre y del Honor, del Trabajo y de la Libertad.
JUICIOS SOBRE “EL MITO DEL SIGLO 20”

“Los mejores medios auxiliares para ello (para la educación doctrinaria del NSDAP), son las clásicas obras de nuestro Führer, Mein Kampf y EL MITO DEL SIGLO 20 de Rosenberg”.
OTTO GOHDZS * Miembro del Reichstag Jefe de Adoctrinamiento del Reich
*Der Schulungsbrief [Carta de Adoctrinamiento, N. del T.], Marzo de 1934, Fase. 1, p. 15.

“Una obra clásica de cosmovisión... Alfred Rosenberg reune en su persona al docto poli-historiador, al agudo pensador lógico, al artista que siente y plasma intuitivamente y al apasionado político con voluntad de poder. Lo que otorga a esta obra su especial encanto es la combinación de una cierta universalidad de los puntos de vista y una ingeniosa arquitectónica de la estructura y una forma lingüistica impresionante, aunque con frecuencia de la índole de palabras-impacto... No solamente lectores jóvenes, sino también maduros sienten algo de esta fuerza magnética. Yo mismo pocas veces en los últimos años he leído un libro con tanto suspenso como éste, lo que no se explica solamente por la índole saturada de vida y apasionada de esta erudicción... Con arrebatadora fuerza profética y con ardientes colores de artista dibuja Rosenberg su germánica visión del mundo, de la religión y de la Iglesia. La imagen de ensueño que pone ante nuestros ojos muestra una incondicional consecuencia y una arquitectónica acabada”.
FRIEDRICH HEIBER ** Dirigente del Movimiento episcopal, adversario declarado.
** Hochkirche. [Iglesia Episcopal, N. del T.]. Cfr. Nationalsozialistische Monatshefte [Cuadernos Mensuales Nacionalsocialistas, N. del T.]

“EL MITO DEL SIGLO 20: EL LIBRO DEL HONOR ALEMAN. Un tesoro de conocimientos, como a un pueblo probado en sufrimientos sólo en raros momentos de su historia le es obsequiado”.
VOLKISCHER BEOBACHTER*** Diario Oficial del NSDAP
*** El Observador Popular. [N. del T.]

“¡El libro del honor alemán! Estamos en la entrada de un nuevo siglo. Alfred Rosenberg escribió en su MITO DEL SIGLO 20, con concluyente inexorabilidad el programa filosófico-cultural para la Nueva Alemania. El que haya leído Mein Kampf de Hitler y EL MITO DEL SIGLO 20 de Rosenberg perderá las últimas escorias de un pasado liberal y será totalmente libre y espiritual, totalmente erguido y desde el fondo de su ser gozoso y esperanzado, portador del porvenir”.
HANNS JOHST Presidente de la Academia de Poetas

TEXTO DE PRESENTACIÓN DEL EDITOR ALEMÁN

EL MITO es una visión grandiosa de psicología racial que nos transmite conocimíentos fundamentales de índole filosófico-religiosa, filosófico-cultural y de historia de la humanidad, en una plenitud casi abrumadora que, lisa y llanamente, enseña una nueva historia mundial. Rosenberg se acredita en su obra, sostenida por un estupendo saber, como un pensador genial y un visionario dotado de excepcionales condiciones, que con la mirada infalible de sus claros ojos retrospectivamente atraviesa la niebla de milenios, y luego, mirando nuevamente hacia adelante, señala el único camino justo hacia el porvenir.
EL MITO DEL SIGLO 20 es el Mito de la Sangre, que bajo el signo de la svástica desencadena la revolución mundial racial, es el despertar del alma racial. que después de largo sueño pone fin victoriosamente al caos racial.

A NUESTROS LECTORES

Al encontrarnos frente a la tarea de traducir EL MITO DEL SIGLO 20 de Alfred Rosenberg, tuvimos plena conciencia de la responsabilidad asumida, ya que se trata de la máxima obra histórico-filosófica del Nacionalsocialismo, del texto básico para la cabal comprensión de la visión del mundo que encierra en sí la certeza de un futuro venturoso para los pueblos. Nuestra norma fue, como hasta ahora —pero llevada a un grado quizás mayor—, la fidelidad al texto original, aún cuando el castellano de la traducción pudiera no ser siempre totalmente ortodoxo. El autor usa un lenguaje extraordinariamente denso, expresivo, plástico, y a fin de ser comprendido por toda persona culta no utiliza términos técnicos ni extranjeros, sino las expresiones correspondientes en el alemán corriente, para lo que, por cierto, pudo valerse de las posibilidades únicas que ofrece el idioma alemán, que es viviente y permite la construcción ilimitada de nuevas palabras, lo que hace posible expresar también nuevos pensamientos con toda precisión. En consecuencia, no se extrañe, por lo tanto, el lector, sí encuentra palabras, conjuntos de palabras o construcciones no muy usuales en nuestra lengua, pues puede tener la plena seguridad de que no se ha procedido con ligereza al usarlos, sino ponderando cuidadosamente y con la consulta de bibliografía autorizada. Por otra parte, se está operando un cambio en el modo de traducir, imponiéndose cada vez más la traducción que no ve ya su meta en una versión interpretativa lingüísticamente inobjetable desde el punto de vista académico, sino que se ajusta al estilo del original, asegurando de esta manera una captación más exacta de las ideas y de la idiosincracia del autor.
Confiamos, por ello, que la presente traducción será vehículo idóneo para hacer llegar los pensamientos expuestos en EL MITO DEL SIGLO 20 a un amplio sector del mundo de habla castellana.

WALTER DEL PRADO
ADALBERTO ENCINA
INTRODUCCIÓN

La totalidad de las actuales luchas exteriores por el poder constituyen repercusiones de un desmoronamiento interior. Ya se han derrumbado todos los sistemas estatales de 1914, aun cuando en parte siguen subsistiendo formalmente. Pero se han desmoronado también ideas y valores sociales, eclesiásticos y de interpretación del mundo. Ningún principio rector que esté por encima de todo, ninguna idea superior a todo domina de un modo incontestado la vida de los pueblos. Grupo contra grupo, partido contra partido, valor nacional contra dogmas internacionales, imperialismo rígido contra pacifismo en expansión. La finanza envuelve con cuerdas doradas los Estados y los pueblos, la economía es nómade, la vida desarraigada.
La Guerra Mundial, como comienzo de una revolución mundial en todos los terrenos, ha puesto en evidencia el hecho trágico de que si bien millones ofrendaron su vida, esta ofrenda, no obstante, ha beneficiado a otras fuerzas distintas de aquellas por las cuales los ejércitos estaban dispuestos a morir. Los muertos de la Guerra son las víctimas de la catástrofe de una época devenida carente de valores, pero al mismo tiempo —y eso lo comienza a comprender en Alemania un número, aunque hoy todavía reducido, de seres humanos— los mártires de un nuevo día, de un nuevo credo.
La sangre que murió comienza a revivir. Bajo su signo místico está teniendo lugar una nueva estructuración celular del alma popular alemana. El presente y el pasado aparecen repentinamente en una nueva luz, y para el futuro surge una nueva misión. La historia y el objetivo del futuro no significan ya lucha de clase contra clase, no ya conflicto entre dogma eclesiástico y dogma eclesiástico, sino la controversia entre sangre y, sangre, entre raza y raza, entre pueblo y pueblo. Y esto significa: combate de valor anímico contra valor anímico.
La interpretación de la historia sobre base racial constituye un concepto que pronto será considerado lógico y natural. A ella sirven ya hombres meritorios. Otros podrán completar en un futuro no muy lejano la construcción de la nueva imagen del mundo.
Mas los valores del alma de las razas, que son las fuerzas impulsantes tras la nueva imagen del mundo, no han llegado a constituir aun conciencia viva. Alma, empero, significa raza vista desde adentro. E inversamente es la raza el lado externo de un alma. Despertar a la vida el alma de la raza quiere decir reconocer su valor máximo, y bajo su dominio atribuir a los otros valores su posición orgánica: en el Estado, en el Arte y en la Religión. Es este el deber de nuestro siglo: partiendo de un nuevo mito de la vida, crear un nuevo tipo humano. Ello requiere coraje. Coraje por parte de cada uno en particular, coraje por parte de toda la nueva generación, y hasta aun de muchas generaciones venideras. Es que el caos no es refrenado jamás por hombres sin coraje y jamás aun ha sido estructurado un mundo por cobardes. Quien quiera ir adelante, debe entonces también quemar puentes tras de sí. El que se dispone a realizar un largo peregrinaje, ha de abandonar viejos enseres. El que aspira al Bien más elevado, debe doblegar lo inferior. Y frente a todas las dudas e interrogantes, el hombre nuevo del Primer Reich Alemán venidero conoce una sola respuesta: ¡mas yo quiero!
Por numerosos que sean los que ya hoy aprueban en su interior más recóndito estas palabras, no puede, pese a ello, ser comprometida ninguna comunidad en las ideas y las conclusiones expuestas en este escrito. Constituyen confesiones absolutamente personales, no puntos programáticos del movimiento político al cual pertenezco. Este tiene su gran tarea peculiar y debe, como organización, mantenerse alejado de las controversias de naturaleza religiosa y político-eclesiástica, al igual que del compromiso con una determinada filosofía del arte o con un especial estilo arquitectónico. No puede tampoco, por consiguiente, ser responsabilizado de lo aquí expuesto. Inversamente, las convicciones filosóficas, religiosas, artísticas, pueden ser fundamentadas con real seriedad solamente sobre la premisa de la libertad de conciencia personal. Tal es el caso presente. Sin embargo, la obra no se dirige a seres humanos que viven y actuan felices y bien afirmados dentro de sus comunidades religiosas, sino a todos aquellos que interiormente se han desligado de éstas pero aun no se han abierto paso, luchando, hacia una nueva concepción del mundo. El hecho de que éstos se cuentan ya hoy en día por millones, obliga a cada camarada de lucha, mediante reflexiones más profundas, a ayudarse a sí mismo y a otros buscadores.
El escrito, cuya idea fundamental se remonta a 1917, ya había sido terminado en lo esencial en 1925, mas nuevos deberes del momento retardaron permanentemente su finalización. La posterior aparición de diversas obras tanto de camaradas de lucha como de adversarios exigieron luego el tratamiento de problemas antes relegados. De ninguna manera creo que aquí se tenga a la vista una realización acabada del gran tema que hoy en día nos ha sido planteado por el destino. Pero sí espero haber puesto en claro diversas preguntas y haberlas respondido en el contexto, como base para promover la venida de un día con el cual todos soñamos.

Munich, febrero de 1930.
El Autor.



PARA LA 3a TIRADA

¡Oh, camaradas de mi tiempo!
No preguntéis a vuestros médicos
y tampoco a los sacerdotes,
si os vais extinguiendo interiormente.
Hölderlin

La aparición del presente escrito ha provocado de inmediato una lucha de opiniones de la índole más vehemente. Si bien eran de esperar controversias intelectuales gracias a los problemas claramente formulados y a las expresiones conscientemente agudizadas, confieso abiertamente, empero, que ese odio concentrado con que tuve que enfrentarme, y esa tergiversación inescrupulosa de las exposiciones hechas por mí, tal como comenzaron, respondiendo parecería a una voz de mando, me han conmocionado; pero también me alegraron. Pues la salvaje, desenfrenada polémica especialmente de los círculos romanos, me ha demostrado cuán justificado es el juicio que en esta obra ha recaído sobre el principio romano-sirio. Siguiendo el método probado, de antigua data, se escogieron del voluminoso escrito determinadas conclusiones y formulaciones y se desarrollaron ante el lector creyente en la prensa romana, solamente escrita en alemán, y en panfletos, las “blasfemias”, el “ateísmo”, el “anticristianismo”, el “Wotanismo” del autor. Los mistificadores ocultaron que yo hasta llego a postular para la totalidad del arte germánico un punto de partida y un fundamento religioso, que con Wagner declaro que una obra de arte es religión representada en forma viviente. Se ocultó la gran veneración que en la obra se tributa al fundador del cristianismo; se ocultó que las exposiciones religiosas tienen el evidente sentido de ver a la gran personalidad sin los desfigurantes adimentos posteriores de diversas Iglesias. Se ocultó que presenté al Wotanismo como una forma religiosa muerta (pero que, naturalmente, tengo gran respeto por el carácter germánico que dio vida a Wotan lo mismo que a Fausto), y se me atribuyó en forma mendaz e inescrupulosa la intención de volver a introducir el “culto pagano de Wotan”. En fin, no hubo nada que no fuera desfigurado y adulterado; y lo que aparecía correctamente trascripto, recibía un matiz totalmente distinto por ser arrancado del contexto. Sin excepción, por ser incontestables, la prensa romana dejó de lado todas las comprobaciones históricas; sin excepción todos los razonamientos que conducían a determinadas concepciones fueron distorsionados, callándose, además, las fundamentaciones de las exigencias formuladas. Los prelados y los cardenales movilizaron las “masas creyentes”, y Roma, que con el marxismo ateo, es decir, con el apoyo del poder político de la subhumanidad (Untermenschentum) lleva una lucha de aniquilamiento contra Alemania, también con el sacrificio de las masas católicas alemanas mismas, tuvo el descaro de vociferar repentinamente acerca de una Kulturkampf. Las disquisiciones de esta obra, que por su forma y su contenido, por cierto, están por encima del nivel cotidiano, no fueron materia de una crítica objetiva y, por lo tanto, satisfactoria, sino utilizadas para la lucha diaria más desenfrenada. No contra mí solamente -esto no me hubiera afectado-sino también contra el Movimiento Nacionalsocialista al que pertenezco desde su comienzo. A pesar de que en la Introducción y también en la obra misma he declarado expresamente que un movimiento político, que abarca muchas confesiones religiosas, no puede solucionar problemas de naturaleza religiosa o de filosofía del arte, que por consiguiente mi profesión de fe en una visión del mundo es personal, a pesar de todo ello, los oscurantistas hicieron todo lo que podían para distraer la atención de sus propios crímenes políticos cometidos contra el pueblo alemán y de lamentarse una vez más por la “religión amenazada”; no obstante que la genuina religión no estuvo ni está amenazada más que por la promoción sistemática del marxismo á través del Centro, dirigido por prelados romanos. El Movimiento Nacionalsocialista no ha de practicar ninguna dogmática religiosa, ni en pro ni en contra de una confesión, pero el hecho de que se quiere negar a una persona que participa activamente de la vida política el derecho de defender una convicción religiosa que contraría a la romana, muestra hasta qué punto ya ha crecido el amordazamiento espiritual. Según la valoración de la dogmática romana se juzga la aceptabilidad de la actividad en el campo nacional, en lugar de que tal exigencia prepotente se presentase de entrada como psicológicamente imposible. Un intento sin duda serio de depurar la personalidad de Cristo de aditamentos no cristianos -paulinos, agustinianos y otros-, tiene como consecuencia en los beneficiarios reinantes del falseamiento de la figura espiritual de Jesucristo, una manifestación unánime de furor, no porque hubieran sido afectados altos valores religiosos, sino porque una posición de poder político, obtenida mediante la provocación de la angustia anímica de millones, aparecía amenazada por un orgulloso despertar. Las cosas se presentan de manera tal que a la Iglesia romana, que no sintió temor ante el darwinismo y el liberalismo, dado que los vio solamente como intentos intelectualoides, sin fuerza para crear comunidad, el renacimiento nacionalista del ser humano alemán -que ha perdido la vieja interrelación de valores por la conmoción de 1914-1918-, empero, se le aparece tan peligroso por el hecho de que amenaza generar un poder formador de tipos. Esto lo husmea ya desde lejos la casta sacerdotal reinante, y precisamente porque ve que este despertar se esfuerza por fortalecer todo lo noble y orgulloso, por eso su alianza con la subhumanidad roja es tan estrecha. Esto sólo cambiará cuando el frente alemán se muestre victorioso; en esta hora Roma tratará de obtener como “amigo” lo que como enemigo no pudo llevar a cabo. Mas perseguir estas posibilidades no está dentro del marco de este libro; aquí se trata por consiguiente, de hacer surgir como por un trabajo de cincel, los tipos espirituales, resultantes de la toma de conciencia de los seres humanos empeñados en la búsqueda, además del despertar del sentimiento por los valores y de la aceración de la resistencia del carácter frente a todas las seducciones enemigas. Toda la excitación alrededor de mi escrito ha sido tanto más significativa cuanto que no fue vertida palabra alguna para distanciarse de las injurias a los grandes alemanes, lo que desde hace tiempo pertenece a la labor literaria de los jesuitas y sus secuaces. Se promovieron calladamente los insultos a Goethe, Schiller, Kant y otros, no se hizo objeción alguna cuando los abremarcha de Roma vieron su misión religiosa en evitar la formación de un Estado nacional alemán; cuando en asambleas pacifistas católicas se exigía rehusar el saludo al soldado alemán; cuando religiosos católicos osaron negar públicamente las acciones de los francotiradores belgas y culpar a los soldados alemanes del asesinato de sus camaradas, a fin de contar con un pretexto para la persecución de los belgas; cuando, completamente acorde con la propaganda francesa, el ejército nacional alemán fue acusado de la profanación de altares y hostias, cometida en iglesias belgas. Contra estas conscientes profanaciones de la alemanidad, del honor de sus defensores caídos y vivientes, no se ha alzado ningún obispo ni cardenal alguno; pero sí se produjo por parte de éstos un violento ataque tras otro contra el nacionalismo alemán. Y si esto se denunciaba públicamente, los grupos romanos políticos y religiosos proclamaban su sentir nacional.
La Iglesia romana de Alemania no puede negar su plena responsabilidad por la labor devastadora del pueblo de sus numerosos clérigos pacifistas, ya que en otros casos en que sacerdotes católicos honorables hallaron palabras de genuina voluntad nacional alemana, les impuso sin más la prohibición de hablar en público. Existe, por tanto, un trabajo político-ideológico realizado sistemáticamente, que puede ser probado, para robar al pueblo alemán su orgullo por los defensores de la Patria de 1914, para profanar su recuerdo y para enlodar la ardiente voluntad de amparar al pueblo y a la Patria. Constatar esto lo exige la más elemental veracidad; cómo los creyentes se entienden con su autoridad eclesiástica, es cuestión de su propia conciencia. Pero no es el caso de que ellos, a fin de silenciar conflictos nacientes, puedan presentar los hechos incontrovertibles simplemente como deslices, sino que se trata de armarse de valor para la defensa precisamente contra la política de las más altas instancias eclesiásticas. Ahora bien: si estas fuerzas nacientes, además de ello, reconocen toda la antítesis de la cosmovisión o no, podrá quedar como su propio asunto. Lo importante es que despierte la seria voluntad de defender el honor nacional alemán, no solamente contra los marxistas sino de la misma manera, es más, con mayor acritud aun, contra el Centro y sus aliados eclesiásticos, como propulsores del marxismo. Soslayar también este punto, no haría más que poner de manifiesto una mentalidad no-alemana.
No entraré a considerar en forma pormenorizada aisladas voces antagónicas. Anotaremos solamente para caracterizar los métodos inescrupulosos, que el jesuita Jakob Nötges tiene la audacia de afirmar entre otras cosas que la protección del idioma materno pertenece al “régimen católico”, a pesar de que precisamente su Orden ha sido la más sangrienta adversaria del derecho a la lengua materna; que el amor al pueblo y a la Patria es exigido por “todos los grandes teólogos moralistas”, cuando precisamente su Orden lucha contra el nacionalismo alemán; hasta que finalmente el cristiano amor al prójimo de este señor se descarga en las palabras: “Este báltico es luchador por la cultura como se es boxeador. El pobre hombre padece de la incurable angustia de la Plaza de San Pedro, que se manifiesta en furia y vociferación”. Luego se le da a Hitler el consejo de meterme “en un chaleco de fuerza”, ya que la exposición al frío ya no sirve: “para eso soportó demasiadas veces el invierno ruso”. Este odio rabioso del jesuita que por un golpe de sol romano ha perdido toda forma, es completado por otros miembros de la Orden mediante una lucha de índole contraria. El jesuita Koch, por ejemplo, ya se siente obligado a hablar también de un alma racial alemana, designa la vivencia tal como se desprende de El Mito como seria y honorable, para celebrar al final a Bonifacio como el más grande de los germanos. Esta forma de adulteración al cien por cien la encontraremos con frecuencia en el futuro, por haberse llegado a la convicción de que la difamación ya no surte efecto; por eso han de recibirse con especial prudencia también tales intentos “germánicos”. La destrucción del alma alemana es siempre la meta tanto de los apóstoles del azuzamiento como también de los maliciosos hombres de bien de la Sociedad de Jesus y sus compañeros de lucha. Ayer, hoy y mañana.
También en círculos evangélicos mi obra provocó una violenta conmoción. Innumerables artículos en diarios y revistas atestiguan que evidentemente tocó puntos muy sensibles. En sínodos evangélicos, en congresos de la Liga Evangélica, El Mito ocupó frecuentemente el lugar central del debate, y muchos folletos de teólogos protestantes dan testimonio de que se ha hecho sentir, nueva y profundamente, una pugna de valores en medio del luteranismo. Mi predicción de que los eclesiásticos evangélicos se comportarían frente al nuevo sentimiento religioso en forma similar a como antaño lo hizo dogmáticamente Roma ante la Reforma, lamentablemente se ha confirmado. Los teólogos y profesores que se alzaron contra mi escrito, en plena posesión de la “verdad evangélica”, tomaron por el camino más fácil: se limitaron simplemente a constatar la herejía de mis exposiciones, alabaron el “sentimiento nacional” —pero sin comprometerse—, se regocijaron por poder comprobar (presuntas) inexactitudes, y luego rechazaron.
Se me informó que en uno de esos sínodos, después de un informe de este tipo un sencillo pastor de blanca cabellera se levantó y declaró que no podía adherirse al orador, ya que era evidente que con la nueva ciencia racial Dios había encomendado a nuestro tiempo, un gran problema para su solución, al que todos nosotros debíamos dedicamos con sagrada seriedad! ¡Descubrámonos ante este hombre venerable! Indistintamente si su búsqueda da el mismo resultado que la mía, al honesto investigador adversario todo luchador verdadero le brindará respeto, pero no a los viejos custodios de dogmas que creen su deber el mantener sus posiciones a cualquier precio.
En conversaciones con teólogos eruditos pude comprobar siempre, por otra parte, lo siguiente: convenían conmigo en que la valoración histórica anímico-racial de la antigüedad era justa y que también la apreciación del hugonotismo era, sin duda, exacta. Pero cuando luego sacaba la conclusión final que, en realidad, también los judíos debían tener su carácter muy determinado, una representación de Dios ligada a la sangre y que, consiguientemente, esta forma de la vida y del espíritu nos era absolutamente extraña, entonces se alzaba como un muro entre nosotros el dogma del Antiguo Testamento; entonces aparecía repentinamente el judaísmo como una excepción entre los pueblos. ¡Muy seriamente sostenían que el Dios cósmico sería idéntico que las dudosas concreciones espirituales del Antiguo Testamento! Justamente el politeísmo hebraico fue elevado como modelo de monoteísmo. De la gran concepción original ario-persa del mundo, así como de su concepción cósmica de Dios, la teología luterana no había recibido conocimientos más profundos. A ello se agregó luego la veneración de Pablo, un pecado original del Protestantismo, contra el cual, como es sabido, ya Lagarde -atacado por la totalidad de la teología académica de su tiempo-, había luchado infructuosamente.
También los teólogos evangélicos repiten en todas partes, aun habiendo general asentimiento a la cosmovisión nacional (völkisch), la frase presuntuosa de la Iglesia romana: la valoración racial de los pueblos significa una anticristiana “idolatría” de la nacionalidad (Volkstum). Estos señores, sin embargo, pasan por alto al respecto que la posición de excepción que atribuyen a los judíos no representa otra cosa que idolatrar al pueblo parasitario hebraico, siempre enemigo nuestro. Esto les parece lógico y natural y tienen a bien igualmente pasar por alto al respecto que esta glorificación del judaísmo nos ha obsequiado en forma directa, al quedar liberada la faz impulsiva judía, ese envilecimiento de nuestra cultura y de nuestra política, contra el cual la actual conducción del Protestantismo ha demostrado ser incapaz de actuar y luchar con éxito precisamente gracias a esa actitud de idolatría hacia los judíos.
Produce aflicción que los representantes contemporáneos de la teología evangélica sean tan poco luteranos como para hacer pasar las ideas por las cuales Lutero comprensiblemente aun debía estar dominado, como dogmas por siempre inamovibles. La magna obra de Lutero fue, en primer término, la destrucción del exótico pensamiento sacerdotal, en segundo lugar, la germanización del Cristianismo. Pero la alemanidad naciente condujo después de Lutero todavía a Goethe, Kant, Schopenhauer, Nietzsche, Lagarde, y hoy se acerca a pasos agigantados a su total florecimiento. La teología evangélica asestaría al luteranismo genuino el golpe mortal si quisiera oponerse incondicionalmente al desarrollo ulterior de su esencia, Si D. Kremers, un dirigente de la Liga Evangélica, declara en un escrito que El Mito es “devorado” especialmente por la juventud académica, pone en evidencia de este modo que tiene plena conciencia de cuán intensamente actua ya la nueva vida en la joven generación protestante. Ahora bien: ¿no es más importante promover esta vida anímica arraigada en el pueblo, que mantenerse adicto interiormente a ídolos dogmáticos ya derribados hace tiempo? Esta joven generación, por cierto, no quiere sino contemplar la gran personalidad del fundador del Cristianismo en su auténtica grandeza, sin aquellos agregados deformantes que zelotas judíos como Mateo, rabinos materialistas como Pablo, juristas africanos como Tertuliano, o productos de poli-mestizaje sin firmeza moral como Agustín, nos han obsequiado como el más terrible lastre espiritual. Ellos quieren comprender el mundo y el Cristianismo sobre la base de su naturaleza, captarlo partiendo de valores germánicos, su derecho lógico y natural en este mundo, pero que precisamente hoy en día debe de nuevo ser conquistado penosamente.
Si la ortodoxia en función no es capaz de comprender todo esto, no podrá sin embargo, cambiar el curso de las cosas, a lo sumo lo podrá retardar algo. Una gran época habrá encontrado así una vez más a una generación pequeña. Mas esta época, que de todos modos vendrá, reconoce el valor tanto de la Catedral de Estrasburgo como la de Wartburg, reniega en cambio del presumido Centro romano, lo mismo que del Antiguo Testamento jerusalemítico. Succiona de las raíces de la dramaturgia germánica, de su arquitectura y de su música, más fuerza que de las desconsoladoras narraciones del estéril y árido pueblo judío, reconoce más de un profundo simbolismo nacional dentro de la Iglesia católica, y lo conecta con la veracidad del luteranismo genuino. Reune bajo la gran cúpula de una visión del mundo anímico-racial todo lo individual en el organismo pleno de sangre de una esencialidad alemana.
Aquí el joven religioso evangélico debe marchar adelante, dado que sobre él no pesa aquella disciplina paralizante del alma que inhibe a los sacerdotes católicos. Hasta que haya madurado el tiempo en que también de entre éstos resuciten los rebeldes germánicos, y conduzcan la obra del monje Roger Bacon, del monje Eckehart, hacia la libertad de la vida práctica, tal como, dándoles el ejemplo, lo han vivido, sufrido y luchado con anterioridad los otros grandes mártires del Poniente.
Por parte del lado nacional, El Mito por temor al Centro, fue silenciado medrosamente. Sólo unos pocos osaron defender sus razonamientos. Pero la crítica negativa desde este sector consistió casi siempre en imputarme querer llegar a ser el “fundador de una nueva religión”, y que en este aspecto había fracasado. Ahora bien: en el capítulo sobre la Iglesia Nacional (Volkskirche) he rechazado de antemano esta imputación; de lo que se trata hoy, junto a la fundamentación de la interpretación racial de la historia, es de poner uno frente al otro los valores del alma y del carácter de las diferentes razas, pueblos y sistemas ideológicos, estructurar para la alemanidad una jerarquía orgánica de estos valores y perseguir las manifestaciones de la voluntad del germanismo en todos los campos. El problema es, por consiguiente: promover, contra la confusión caótica, una orientación única de las almas y de los espíritus e incluso señalar las premisas de un renacimiento general. Según esta intención debe ser medido el valor de mi obra y no por la crítica de aquello que de ninguna manera me propuse realizar, lo que será cometido de un reformador, que recién podrá surgir de una generación que ya posea claros anhelos. Las voces del exterior son, en conjunto, más objetivas que el eco en Alemania de los círculos necesitados de reformas. Pero más importante que todo esto son los numerosos asentimientos provenientes de los más diversos países, y ante todo de aquellos alemanes que han tomado conciencia cabal de la actual gran hora decisiva espiritual tanto de Alemania como también de todos los pueblos de Occidente. Los problemas ante los cuales nos encontramos colocados nosotros también están ante la puerta de las otras naciones, solamente que a nosotros un duro destino nos obliga a una rendición de cuentas más sincera y a tomar un nuevo camino, pues de otro modo, junto con el colapso político, se produciría necesariamente también la catástrofe anímica, y el pueblo alemán desaparecería de la historia como verdadero pueblo. Un genuino renacimiento, empero, no es nunca obra de la política de poder solamente, mucho menos aun un problema de “saneamiento económico”, como lo creen presumidas cabezas huecas, sino que significa una vivencia central del alma, el reconocimiento de un valor máximo. Si esta vivencia se transmite millones de veces de hombre a hombre, si finalmente la unificada fuerza del pueblo se coloca ante esa transformación interior, entonces Ningún poder del mundo podrá impedir la resurrección de Alemania.
El campo democrático-marxista había tratado primeramente de no dejar que se propagase la obra, mediante su silenciamiento total. Pero, luego viose obligado a tomar posición. Dicha gente atacó así el “falso socialismo” que presuntamente sería enseñado en esta obra, en perjuicio de la clase trabajadora. El “verdadero” socialismo de la socialdemocracia al parecer consiste —sin preocuparse por una literal esclavización de todo el pueblo durante muchos decenios, debido a la continuada pignoración de todos los valores aun existentes— en proseguir con la sumisión a los dictados de la finanza internacional. El “verdadero” socialismo estriba, asimismo, en continuar dejando librado, sin freno alguno, al productivo y decente pueblo alemán a una infame propaganda fílmica y teatral, que solamente conoce tres tipos de héroe: la prostituta, el rufián y el criminal. El “verdadero” socialismo del grupo dirigente marxista seguramente consiste en que el hombre común al realizar un mal paso va a parar al presidio, en tanto que los grandes defraudadores permanecen sin sufrir condena alguna, tal como ya fue hasta ahora práctica aceptada por los sectores influyentes relacionados con la democracia y la socialdemocracia. El marxismo en su totalidad, como no era posible de otro modo, ha probado ser el disolvente de toda comunidad orgánica en favor de instintos nómades extraños, por lo cual debe conceptuar a una nueva fundamentación y arraigo de un tal sentimiento socialista popular formador de estilo, como un ataque a su existencia.
El marxismo y el liberalismo se encuentran hoy en día a lo largo de todo el frente en desordenado combate de retirada. Durante muchos decenios era considerado como especialmente progresista hablar solamente de “humanidad”, ser ciudadano del mundo y rechazar el problema racial como anticuado. Ahora todas estas ilusiones no sólo están acabadas políticamente, sino que también la cosmovisión que las
fundamenta está resquebrajada, y no pasará mucho tiempo más, para que en las almas de los conducidos y seducidos aun medianamente sanos, se derrumbe completamente. Acorralado, el marxismo “científico” no tendrá otra salida que intentar la prueba de que ¡también Karl Marx reconoció expresamente la influencia del pueblo y de la raza en el acontecer mundial! Esta misión, la de incorporar el irrefrenable despertar de la sangre del trabajador alemán a la ortodoxia marxista, que durante decenios atacó furiosamente el “desvarío racial”, la emprendió entre otros cometidos la “Educación Socialista”. Una tentativa que por sí misma caracteriza el catastrófico derrumbe espiritual interno, aunque después de la legitimidad admitida a regañadientes del punto de vista racial en sí, se afirma que Marx descartó el “fetichismo racial”. Lo que es lógico y natural, de otra manera hubiera debido trasladarse a Siria como maestro, adonde en verdad pertenece. Reconocer esto y erradicar el materialismo marxista y la retaguardia capitalista financiera como una planta extraña sirio-judía de la vida alemana, esa es la gran misión del nuevo movimiento alemán de los trabajadores, que de esta manera conquistará el derecho de ser enrolado en la conducción del futuro alemán.
Nosotros, por nuestra parte, no negamos en absoluto muy diversas influencias: paisaje, clima y tradición política; pero todo esto es sobrepasado por la sangre y el carácter ligado a la sangre. De la recuperación mediante la lucha de esta jerarquía, se trata.
Restablecer la natural espontaneidad de la sangre sana, este es quizás el más alto objetivo que un ser humano puede hoy proponerse; simultáneamente, esta comprobación atestigua la triste situación del espíritu y del cuerpo, ya que tal acción ha llegado a ser una necesidad vital. Una contribución a esta venidera gran acción liberadora del siglo 20 debía ser el presente escrito. La sacudida de muchos que ya están despertando, pero también de los adversarios, ha sido la consecuencia deseada. Espero que la controversia de un nuevo mundo en formación con los viejos poderes se extienda cada vez más, penetre en todos los terrenos de la vida, genere fecundando siempre algo nuevo, ligado a la sangre, orgulloso, hasta el día en que estemos en el umbral de la plena realización de nuestro anhelo por una vida alemana, hasta la hora en que todas las fuentes palpitantes se reunan en una gran corriente del renacimiento nórdico-alemán.
Es este un ideal digno de ser enseñado y vivido. Y esta vivencia y esta vida solamente es reflejo de una eternidad presentida, la misión misteriosa en este mundo, en el cual hemos sido puestos para llegar a ser lo que somos.

Munich, octubre de 1931.
A. R.

PARA LOS 500.000 EJEMPLARES

En diciembre de 1936 la tirada de El Mito sobrepasó el medio millón de ejemplares. Es éste un hecho que ya no puede ser designado con la palabra “éxito literario”, más bien muestra que mi obra ha llegado a constituir un pedazo de vida del pueblo alemán, que ha tomado posesión interior de millones que tuvieron el valor de arrojar lejos de sí lo perimido, a fin de marchar valerosamente hacia un nuevo futuro.
He vuelto a revisar ahora nuevamente el escrito y no he tenido casi nada que corregir. Las formulaciones tales como fueron asentadas en tiempos de la más encarnizada lucha política, han atestiguado su profunda justificación actual. Solamente en el plano de lo político-estatal en la actualidad fueron superados en parte algunos aspectos, por lo que se efectuaron los ajustes correspondientes.
Mayor fundamentación encontraron los pensamientos formulados en El Mito en disertaciones posteriores, que han sido recopiladas en dos volümenes: Blut und Ehre [Sangre y Honor. N. del T.] y Gestaltung der Idee [Plasmación de la Idea. N. del T. -Ambas obras fundamentales serán publicadas oportunamente por EDICIONES ODAL. N. del Editor]. A mis adversarios romanos les he contestado en el escrito An die Dunkelmänner unserer Zeit [A los oscurantistas de nuestro tiempo. N. del T.] (Tirada: 680.000).
La transmutación decisiva de los espíritus y de las almas se produce en toda Alemania. A su servicio se halla hoy en primera línea, entre otros, El Mito del Siglo 20.

Berlín, enero de 1937.
A. R.